Ángel Luis Vázquez
Economista - Administrador Concursal
EDUCACIÓN FINANCIERA PARA FRENAR EL
ENDEUDAMIENTO.
HACIA UN CRÉDITO
RESPONSABLE.
Según reflejan las Cuentas Financieras
publicadas por el Banco de España, referidas a 2018, después de la crisis
financiera del 2007, los bajos tipos de interés hacen que el endeudamiento de
las familias en España vuelva a crecer por el incremento
del crédito al consumo.
Tras ocho años de caídas, los españoles
vuelven a endeudarse, pero ¿Cómo se distribuye ese endeudamiento?
Aunque los préstamos a largo plazo
(normalmente, créditos hipotecarios) siguen siendo los mas importantes
porcentualmente, su importe ha ido
descendiendo paulatinamente desde 2010 por las amortizaciones y es el crédito
al consumo el que más repunta, con un crecimiento del 11,5% en 2018, tendencia
sobre la cual el Banco de España viene avisando desde hace ya varios meses.
¿Para qué nos
endeudamos los españoles?
Hace veinte años, la
respuesta era sencilla, en primer lugar, para comprar una casa y, en segundo orden,
para adquirir un coche, pero hoy en día la respuesta es mucho más compleja.
A la vista de los datos
anteriores, podemos decir que, en esto momentos, los españoles nos endeudamos
para consumir, no para invertir, como hace 20 años. Nos endeudamos pagar la boda del hijo, la Primera Comunión, las vacaciones en El
Caribe, etc. o, sencillamente, “salir de otros problemas”
¿Cuáles son las causas del cambio
de modelo?
Si analizamos, aunque sea de forma muy
somera, las causas de este cambio de modelo, podríamos apreciar que ….
Probablemente, la precariedad en el empleo, paro y salarios bajos, sean
factores que han influido en que los jóvenes ya no inviertan en la compra de
una vivienda y prefieran comprarse el ultimo modelo de Smartphone o irse de
vacaciones a Tombuctú, aunque eso signifique tenerse que ir a vivir de alquiler
o incluso continuar viviendo con los padres por tiempo indefinido.
A lo mejor, el problema, no solo está en el entorno económico que nos ha
tocado vivir (precariedad, bajos salarios, etc.), sino que también influye
un cambio de valores[1], cuyo
tenor propicia un modelo consumista, basado en la obsesión por “tener” y
“poseer” cosas, en el que se confunde “el ser” con “el tener”.
Quizás,
el incremento del endeudamiento tenga que ver con la forma de realizar los
pagos, utilizando cada vez más medios digitales (tarjetas, móviles, etc.),
lo que hace que pagar sea “tan fácil”, que algunas veces perdemos la cuenta de
lo que, en realidad, gastamos.
El uso de “los plásticos” (tarjetas de
crédito) está tan extendido que ya no es necesario llevar dinero efectivo en el
bolsillo. Es tan sencillo sacar tu tarjeta y pagar en cualquier restaurante,
tienda o agencia de viajes, aunque no tengas saldo en tu cuenta, que lo arduo
es pensar que no tienes dinero para realizar la compra, solo piensas en lo que deseas y te lo compras y, cuando llegue
el cargo de la tarjeta, si no tienes suficiente dinero en la cuenta, financias
el saldo deudor en cómodos plazos
mensuales sin tener en cuenta que, en muchos casos, te van a cobrar un 2% nominal mensual, lo que se corresponde con un interés nominal anual
del 24% y un TAE (Tasa Anual Equivalente) de cerca del 27%[2].
Esto es lo que se
denomina “tarjetas revolving”. Es un tipo de tarjeta de crédito en la que todas
las compras o disposiciones de efectivo que se realizan con ella, quedan
aplazadas automáticamente. De este modo, el usuario de la tarjeta puede
realizar el pago de estas compras en cómodos plazos.
Este producto de crédito
ha ganado en popularidad, gracias a su flexibilidad para el usuario y, sobre
todo, por lo lucrativo que resulta para los bancos, pues como hemos visto antes
el TAE puede alcanzar el 27%.
En este sentido, debemos
recordar que existe alguna jurisprudencia que nos dice que estos tipos se
califican como usurarios.
Posiblemente, otro factor que ha influido en el crecimiento
del crédito al consumo es el desarrollo de los denominados “microcréditos”
o préstamos rápidos concedidos por entidades financieras prácticamente de forma
automática y sin aval, lo que conlleva una tasa de morosidad muy elevada, sólo
asumible para las entidades prestamistas, aplicando unos costes muy elevados de
interés para los prestatarios.
El importe de estos
microcréditos se duplicó entre 2009 y 2011 y que estos datos volvieron a
duplicarse en 2013. Es decir, un aumento en el valor de los préstamos
rápidos pedidos en España del 200%.
Estos microcréditos
se han convertido en una “verdadera trampa” pues muchas familias acuden a ellos
con la esperanza de salir de una situación de endeudamiento[3],
pero los altos costes de los mismos no hacen más que empeorar la situación e
incrementar su deuda.
La mayoría de las
financieras que trabajan con créditos rápidos, ofrecen el mismo “modus operandi”.
Estas entidades conceden pequeñas cantidades de dinero, tras
haber rellenado un formulario y haber analizado (mediante un sistema
automatizado) tus datos. Dependiendo de las condiciones establecidas por dicha financiera, es posible conseguir créditos
rápidos sin nómina o aval, e incluso si estás inscrito en alguna lista
de morosos; de ahí que, para muchas personas, sean su única solución para
obtener financiación.
A pesar de que estas
empresas empiezan a proliferar como setas, en nuestro país no están
supervisadas por el Banco de España, ni tampoco reguladas por la Comisión del
Mercado de Valores, lo que les permite una publicidad engañosa y unos intereses
y gastos elevadísimos, los cuales, en caso de mora, pueden rondar el 1% diario,
cantidades claramente exorbitantes
Dentro de esta categoría,
podríamos incluir también los créditos ofrecidos por los centros comerciales.
La mayoría anuncia que estos no tienen intereses, pero no suelen hablar de los
gastos de gestión que te cobran por el adelanto y que integran su TAE.
Las entidades
especializadas en “microcréditos” saben que muchos de sus clientes no van a
poder pagar la deuda y se cubren
aplicando unos altísimos costes (intereses y gastos); de forma que sus
cuentas de resultados puedan asumir un elevado número de impagados.
Acaso, el acelerado cambio experimentado el sector financiero también tenga algo que ver con el incremento del endeudamiento de consumo.
Están llegando al mercado,
por otro lado, nuevas formas de préstamo, operadores “fintech”, ajenos al
sector bancario tradicional que no necesitan redes
físicas en el Estado donde se encuentra el deudor y no se encuentran tampoco sometidos
a la supervisión de ningún Banco Central; nuevas tecnologías aplicadas a los sistemas de pago,
Todos estos factores
combinados hacen que sea muy fácil obtener financiación, lo que provoca una
espiral de sobreendeudamiento de los hogares, sobre todo en aquellos que tienen
problemas para llegar a final de mes, cayendo en un círculo vicioso del que,
cada vez, es más difícil salir.
Y
todavía no ha llegado la época en que los gigantes tecnológicos como Amazon,
Google, etc., ofrezcan de manera generalizada microcréditos en la red, y no me
refiero a la financiación de determinadas compras, cuestión que ya se realiza
actualmente; me refiero al préstamo de dinero puro y duro …… pero, no se
preocupen. que llegarán, no tardando mucho.
Este
elenco de circunstancias conlleva que ´la
morosidad de las familias españolas se dispare, por ejemplo, un 32,63% tras las
Navidades. Sin embargo, la tasa de morosidad de la
banca tradicional sigue bajando,
¿Qué se puede hacer
para solucionar el problema de sobreendeudamiento?
Medidas preventivas:
Este
problema no es único de España, y otros países europeos, como Finlandia, lo
están padeciendo de forma similar. Las autoridades finlandesas, por ejemplo,
están preparando cambios en el marco regulatorio del sector y han lanzado un
proyecto nacional para mejorar los conocimientos financieros de la ciudadanía.
Este
proyecto,
coordinado por el Banco de Finlandia y en el que participan además los Ministerios
de Justicia y Educación y diversas ONG pretende facilitar el acceso de la gente
a los contenidos de educación financiera en Internet, porque ahora esa
información está muy dispersa en cientos de páginas “web” diferentes.
En definitiva, se pretende educar a los consumidores de
créditos, aportándoles los conocimientos
necesarios para que hagan un uso responsable de las facilidades crediticias.
Medidas Legislativas
Se
podría plantear, verbigracia, incluir dentro de la supervisión del Banco de
España a todo tipo de entidades que concedan los denominados “microcréditos” ya
sean entidades de carácter financiero o de cualquier otro tipo, como es el caso
de las grandes superficies.
Por
otro lado, regular los intereses y gastos máximos que se pueden aplicar en este
tipo de operaciones crediticias, tanto de los denominados microcréditos como de
los “revolving” en las tarjetas de crédito de esta naturaleza[4].
Medidas Judiciales
Tanto
en el caso de aplicación de intereses y gastos excesivos, se puede recurrir,
solicitando la nulidad de los contratos de crédito usurarios.
Pero
la medida más operativa es la generalización de la denominada “Ley de 2ª
oportunidad”, mediante cuya aplicación, todos aquellos deudores de buena fe
que sufran una situación de sobreendeudamiento y cumplan una serie de
requisitos, pueden acogerse al mecanismo de 2ª oportunidad y obtener un BEPI
(Beneficio de Exoneración de Pasivos Insatisfechos), es decir, un documento
emitido por un Juez en el que se dice que un determinado deudor, habiendo
cumplido una serie de requisitos legales, queda exonerado del pago de sus
deudas y puede empezar nuevamente de cero. Por este motivo se le denomina,
precisamente, “Ley de la segunda oportunidad”.
Este
instrumento legal no es, en puridad, nuevo, pues lleva vigente en España desde
el 2015. Sin embargo, es una auténtica desconocido por el ciudadano en general
y la prueba es que, después de cinco años de vigencia, apenas se presentan
7.000 solicitudes al año, mientras que, en otros países del entorno, como
Francia y Alemania, superan los 100.000 expedientes anuales.
La
poca utilización de esta Ley no deja de ser curiosa, pues de los expedientes
presentados en los juzgados, un alto porcentaje son resueltos con la concesión
del ya comentado beneficio de exoneración, por lo que interesa solicitarlo, en
vez de pagar indefinidamente a una entidad financiera.
Además,
el incremento de concesiones de este beneficio de exoneración puede ser un
revulsivo para las entidades dedicadas a la concesión de estos microcréditos,
dándoles un aviso del tipo: “Si no aplicas prácticas responsables en la
concesión de los créditos, puedes quedarte sin cobrar la deuda porque el deudor
sea exonerado por un Juez”. Es lo que podríamos llamar “un aviso a navegantes”.
Si alguno de ustedes ha caído en la trampa de los “microcréditos” y se
encuentra en una situación de sobreendeudamiento, la Ley de 2ª oportunidad
puede ser una solución para su problema.
[1] Es importante señalar
que, dentro de este incremento del crédito al consumo, destacan los jóvenes de
18 a 35 años, quienes solicitan estos préstamos, no tanto para cubrir sus
necesidades básicas como para realizar gastos extras como son la compra de
regalos, vacaciones y, quizás lo más alarmante, los endeudamientos derivados de
las casas de apuestas que están creciendo de manera exponencial en los barrios
marginales de nuestras ciudades, suponiendo un gran problema de endeudamiento
para los jóvenes.
[2] La TAE (Tasa Anual Equivalente) será superior a este tipo de
interés nominal actual, ya que incluye el efecto sobre el coste de la operación
del hecho de que esta se cobre mensualmente. La fórmula para conocer la TAE, a
partir de un tipo de interés mensual, es la siguiente:
(1 + tipo mensual)12 -1
Siguiendo nuestro ejemplo:
(1 + 0,02)12 – 1 = 26,82%
[3] Con una deuda total
de las familias españolas de 770.000 millones de euros en
junio de 2014 y con unas entidades bancarias tradicionales que hace tiempo que
cerraron el grifo del crédito (para aquellas personas que no cuentan con
liquidez), los préstamos rápidos sin aval o sin nómina son una de las pocas
opciones a las que agarrarse de algunos hogares, máxime si su cabeza visible se
encuentra en algún registro de morosos o en paro.
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